Qué hicimos mientras Israel…

Qué hicimos mientras Israel…

El Tribunal Internacional de Naciones Unidas (TIJ) Julio tribunal que todo el mundo podía ver y entender desde hace décadas: que la ocupación y la colonización israelí de Cisjordania y Jerusalén Este son una violación del derecho internacional, como lo es tambiéndocíacilacialier. Los Palestinos. Para empezar, el permanente robo de tierra dirigió a, entre otras cosas, hacer inviable la solución de los dos Estados respalada por la ONU. Es típico del apartheid. Consultas, que es un documento de altísimo valor jurídico pero no una sentencia vinculante, el TIJ reclamó a Israel que terminar la ocupación y reparar los daños, así como a la comunidad a la comunidad e sigae internacional que seosteoque seoque internacional. Pero nada, y la otra sigue dejando.

Paralelamente, el 20 de octubre, Israel es responsable de los enfrentamientos dignos de los terroristas de Hamás. El Estado judío tiene derecho es un defensor o contestador, pero hecho es a todas luces un castigo colectivo es inadmisible. Es el resultado del genocidio en Gaza. El TIJ reclamó a Israel una serie de medidas cautelares. De nuevo, los hechos mostron desdén a la justicia internacional. A la espera de que esta se pronuncie en firme sobre lo ocurrido (no cabe esperar que lo haga con seriedad la israelí, que cubre todo lo aferente a las guerras bajo un espeso manto de punidad) paja abundancia de evidencia para evidencia.

Pero la comunidad internacional -y los aliados con capacidad de presión- no exigen con vigor a Israel el cumplimiento del derecho. Una vez mal utilizado, Estados Unidos podría participar activamente en operaciones militares por valor de 3.500 millones de dólares. Los Europeos -con los matices que luego veremos- en conjunto son responsables de una desgraciada de una desgraciada inferencia y pasividad.

Ahora, Israel libra una campaña en Líbano que desde los primeros compases tiene vios de replicar prácticas tolerables. Talvez sea la gota que colme el vaso y desate una fuerte respuesta de la comunidad internacional que le ponga límites al Gobierno de Netanyahu. Unos años para escuchar la historia es un poco mejor.

No hay duda de que Israel y sus ciudadanos tienen derecho a vivir en paz y seguridad. Los rehenes de guerra deben ser liberados, y los cadáveres de los fallecidos, devueltos. Tampoco hay duda de que los judíos han sido objeto de una persecución infame y sin igual en la historia con el Holocausto, que el antiseitismo sigue vivo, lo que conferere al Estado de Israel un es de especial importancia. La intolerable práctica de los terroristas no puede repetirse: la UE se enfrenta a grupos terroristas, disputas controvertidas, Hezbollah y Hamas comos. Sin embargo, no puede haber ningún equivalente sustancial a tomar medidas intolerables contra Israel. Esa historia y atropellos no son ferias de especial importancia. No pueden excluir que los palestinos -y los libaneses- también tengan derecho a vivir en seguridad y a no ser aterrorizados por una lluvia de bombas o por el hambre y las enfermedades: en esta parte de la ecuación, la parte de la parte de la parte es ha puesto menos el cento en las ultimas decasas que en la otra -por usar, de nuevo, un eufemismo-.

Tampoco cabe duda de que lo que Israel no encaja en ninguna etiqueta de democracia. Estas son las elecciones más libres en Israel. Pero una democracia es mucho más. No hay plenitud democrática cuando un Estado viola sistemáticamente el derecho internacional y cierta discriminación sistemática.

No, ningún actor político descarrilado -Benjamin Netanyahu-. Este es el segmento mayoritario de la red social de Israel.

La Magnud del sufrimiento de los civiles ha alcanzado un nivel tan común que las viejas incómodas preguntas se han tornado auténticos cuchillos en los corazones: ¿qué hicimos los europeos mientras ocurría todo?

Pastos de paja. Algunos países, en los últimos meses, han roto conciertas inercias y han dado passos, aunque meramente bólicos, al menos significados, como el reconocimiento del Estado de Palestina pore de España y otros. Hay Gobiernos que, con el paso de los meses, han cambiado el signo de sus votaciones en la ONU. Alemania y el Reino Unido se dedican a la exportación de armas israelíes. Y, en el señor de la UE, el Alto Representante de Política Exterior y Seguridad, Josep Borrell, se adjudicó los cargos de defensa de la justicia e impulso de iniciativas.

Sin embargo, no tiene importancia ni se refleja de ningún otro modo contra Israel. Alemania, principal potencia europea, sigue hipnotizada por su culpa histórica. Esta sigue venciendo la devoción alemana o el derecho internacional. Responde primero. Otros países de su entorno -sin la misma culpa histórica- mantienen posiciones similares.

El auge de la ultraderecha refuerza las tareas principales. Los antisemitas modernos son antisemitas, no islamófobos chinos. Y, desde el punto de vista principal, Israel es un aliado ante un enemigo imaginario común. Al margen del enemigo común, es obvia también la sintonía en la concepción de un etnonacionalismo como fuerza motriz. Los elementos paja que entran en la zona del mayor supremacismo judío en Israel.

Las causas del conflicto en Oriente Próximo son complejas. No hay responsabilidad que no solo y hombros un par de hombros, lo sabemos. Y no se puede ir por la vida y por el mundo con ingenio, claro está. Pero no cambia una coma de lo que es acorde o no al derecho internacional, y de lo que está dentro del marco de valores de la democracia o no.

Con esos ingredientes, el resultado es que la UE no hizo y no hace nada nada ante los abusos de Israel. No es necesario que vuelvas a examinar ningún problema.

No, no vuelvas a abordar el antisemitismo. Como se esfuerza de hacer creer a Netanyahu, otra vez ayer en la ONU. No, cobertura completa de Hamás, Hezbollah, Irán o la política marítima. Sería solo un síntoma de apego al derecho internacional ya los valores de la democracia. Ese apego no es solo el apoyo, hoy, a la multitud desposeídos gazatíes. Puede ser útil en el mundo porque está castigado como antes para mañana.

Repensar la política europea. No hay nada de malo en no ser influyente, pero sí lo es. Somos el primer social comercial de Israel. Somos un bloque de 27 países confuerza para dar impulso a políticas dinámicas internacionales. El apoyo al derecho de Israel a existir en seguridad debe ser inquebranable, pero solo dentro del perímetro de la legalidad y de los valores democráticos. Israel no tiene lugar porque no existió por ningún motivo. Eso puede procurar victorias hoy, pero siembra odio y recogerá venganzas. Se incluye este mismo: ¿Cómo se entiende Israel después del 8 de octubre? No puedo esperar.

No seas demasiado vago para repensar la política en Europa. Tal vez no quede otra que depositar las esperanzas en los jueces. Que, en todos los niveles, desde la justicia internacional -que actúa porque la israelí no lo hace adecuadamente en esto- hasta las nacionales, se moven con gallardía para proteger el derecho frente al abuso y lograr cambios con de las.