Pesadilla en la cocina transforma la habitación del dueño de Nicasso, ubicada dentro del restaurante, en un cuarto para vivir.

Pesadilla en la cocina transforma la habitación del dueño de Nicasso, ubicada dentro del restaurante, en un cuarto para vivir.

Start servicio desastroso y alguna que otra charla que pretende ser motivadora, Manel y el resto del personal del. nicasso se enfrente al duro reto de seguir adelante. Para echarles una mano, el equipo de reformas de Pesadilla en la cocina le da un giro radical al local, que va mucho más allá de lo puramente estético.

Locales necesitan urgentemente deshacerse del agua instalación eléctrica peligrosa y una campana nueva para evitar que el humo producido en la parrilla se expanda a todo el salón y eso es lo primero con lo que se ponen manos a la obra del programa.

Cuando Manel, Vanesa, Gabriela y Jonathan (están inseguros, están borrachos) no tienen estabilidad para reformarse. Lloran y se abrazan como si nada hubiera pasado entre ellos. “Bueno, prueba me pasé con ellas un poquito Todo el folllón por la locura. Eso sí, sigue así hasta la final”, puntualizó Manel.

Al dueño de Nicasso le espera una última sorpresa. “pincho contento”, dice refiriéndose a su gato, cuando ve que su habitación también ha dado un cambio. Ahí es donde vive, no puede permitirse ni alquilar una casa o un piso. Su nuevo cuarto que una más, y un trozo de fuet .

Todos están emocionados… y eso que todavía no han visto la nueva carta.