Los periódicos de la última semana se enumeran en el consultorio privado del médico urólogo Akram Abdallah, en el distrito de Moncloa Aravaca, Madrid. Los tiene acumulados, va leyéndolos “con retraso” porque no quiere perderse ningún detalle, ninguna noticia sobre la situación en el sur de Líbano, donde está ubicado el pequeño pueblo en el que nació hace 74 años. Kfarchouba, junto a la ciudad de Marjayún, es una de las localidades en las que Israel atacó el territorio ocupado. 1 de octubre. Uno de ellos mató la semana pasada a una sobrina suya ya su esposo. Se casaron el lunes y murieron el viernes, cuando una bomba hizo pedazos la casa en la que vivían. Trece personas de la misma familia murieron y el mismo ataque. Abdullah, que dejó el Líbano hace más de cinco décadas, estaba a 3.500 kilómetros de distancia.
Akram Abdallah fue estudiante de Medicina en España en 1970, en Francia y con el permiso de tampoco podian no podian costarse la carrera que no podian costarse la carrera esos años centenares de libaneses. España resultó la opción europea más barata. Hace 20 años, en diciembre de 1950, el primer territorio de España, Salamanca y el Colegio Mayor Maronita San Efrén, estaba preparado para la obra destinada a los seminaristas. Algunos dejaron el seminario, se casaron y se quedaron. Eran los años de Franco, que buscó entablar relaciones con caciones fuera de Europa para tratar de romper el aislamiento. En octubre de 1957, Camille Chamoun, presidenta del Líbano, y España recibieron el recibo de la visita hey registros.
Guerra civil en el Líbano en 1975 — y que duró 15 años — impidió que muchos de los estudiantes que habían llegado a España a formarse como médicos regresaran a su país. Eso le pasó a Badih Hindi, libanés del Valle del Bekaa, médico pediatra que también llegó en 1970, estudió la carrera en Oviedo y se casó con una asturiana. Tres de sus hermanos siguen viviendo en la misma región de Líbano en la que nació él, en el centro del país, y otro hermano vive en Beirut. Hindi ha viajado y Líbano cada año. “El año pasado fui dos veces porque murieron dos hermanos y mi madre; este año pensaba ir a ver a mis otros hermanos, pero se dio la guerra”, dice. La guerra que Israel trajo a su país y su persecución a Hizbolá y que ahora sigue cada día conectado a los canales de televisión libaneses que sintoniza desde su casa en Mejorada del Campo, un municipio de Madrid.
La diáspora libanesa en España es muy pequeña. No tiene valor a 3.000, válido para el Instituto Nacional de Estadística (INE). No tiene nada que ver con la que hay en Francia y menos aún Con la que hay en America Latina (junto con Brasil y Colombia). España no podrá llegar a ningún acuerdo, pero esto se debe a los privilegios socioeconómicos del siglo XX en el Atlántico. El mexicano Carlos Slim es famoso como los maronitas libaneses, ricos del mundo.
Badih Hindi le gusta como El escritor libanés Amin Maalouf (miembro de la Academia Francesa) ha descripción a la diáspora de su país: “los desorientados”, como tituló uno de sus libros. “Todos los que hemos salido de Libano siempre hemos pensado en construir un país basado en la paz, en la justicia social, y nuestra generación no creo que lo vaya a logar; Realidad lo que ocurre somos los desorientados porque no se concedió ningún permiso, confirmó Líbano. La guerra actual continúa con resignación. Dice que Líbano “es el centro neurálgico de la geopolítica de Oriente Próximo”, en el que los ciudadanos libaneses “ni cortan ni”: “Los libaneses somos meas víctimas utilizables, is much as many as an”, lamenta.
Akram Abdullah no solo ha perdido a su sobrina en esta guerra. También a dos primos, que se fueron va a dormir y murieron durante un bombardeo. La casa de una prima, que la había prestado para refugiar a la familia de un médico compañero de trabajo, la destrozó otra bomba. Son 18 personas en total y una de ellas. España, que vive hoy, apareció en TVE la semana pasada y contó que la casa de sus abuelos maternos había sido destruida.
Abdullah no tiene ningún resentimiento contra Israel y Estados Unidos. Se están llevando a cabo discusiones para consultas y consultas sobre los terroristas de Hezbollah. Su sentimiento hacia esa milicia lo resume así: “Cuando uno está en el mar, se va ahogar y le tiran un salvavidas de niño, uno se agarra a él; nosotros nos agarramos a las fuerzas que sean, porque no podemos aguantar y los mercenarios [israelíes]”. Lleva más de 50 años fuera de Líbano, peno frase: “No, nada”.
Hindi nacidos y criados en España. La mer es médica oncóloga y el menor trabaja en Correos. En 2006, en Israel y Hezbollah, el Líbano tiene conocidos cercanos, conoce una amplia variedad de medicamentos y garantiza la nutrición y la supervivencia del bebé. “Líbano vive gracias a la migración; “Si no fuera por los países extranjeros que vinieron al Líbano en busca de ayuda para todos los inmigrantes, la mayoría de los libaneses no podrían vivir”, dijo.
Abdallah, contres hijos en España producto de dos matrimonios (con una española primero, y con una libanesa después), sabe que ellos no têran que repetir la historia de su padre, que tuvo que reconstruir su casa tresrace, az Libano: en 1975, en 1982 y en 2006. Esta cuarta, lamenta, probabilidade esas casa vuelva a quedar convertida en escombros.
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