El aeropuerto de Ciudad Real no es el único emplazamiento que está encima de la mesa para acoger a los miles de migrantes que, todas las semanas, llegan a Canarias por vía martíma. El Gobierno aseguró este martes que estudian “cientos más”, tildando de “artificial” la polémica sobre el posible nuevo centro en el aeródromo manchego. Pero, a falta de conocer qué ubicaciones serán las que finalmente acogerán a todas estas personas en la península, ya han surgido nuevos roces entre las administraciones, que acusan al Ejecutivo de ocultar la información.
Esta vez ha sido el Gobierno socialista de Castilla-La Mancha el que ha acusado al central de “oscurantismo” al enterarse de la propuesta de instalar un centro en el aeropuerto de Ciudad Real, “cien por cien privado”. Lo supieron por terceros.
Con todo, el presidente de la comunidad autónoma, Emiliano García-Page, se ha mostrado convencido de que el presidente Pedro Sánchez no estaba al tanto de las intenciones del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en cuanto a plantear la posibilidad de que el aeropuerto de Ciudad Real pueda ser un centro de acogida. Por si acaso, el presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, ya ha instado a García-Page a pedir la dimisión de Sánchez si se instala.
Ubicado a unos 20 kilómetros de la capital, el aeropuerto permitiría albergar a unas 3.000 personas migrantes, según la cifra facilitada por el alcalde de la ciudad, que se opone también al proyecto. El munícipe aseguró que ya se habría encargado la contratación e instalación de los barracones, algo que fuentes del ministerio que dirige Elma Saiz desmienten a este periódico. De momento, aseguran, solo se estudia como otros tantos, lo que no ha evitado la cascada de acusaciones.
En otros momentos fueron gobiernos y administraciones locales del PP los que han entrado en polémica con el Gobierno aunque, generalmente, por el mismo motivo: se quejan de falta de coordinación y de no tener información sobre las derivaciones de las personas migrantes hasta que ya se encuentran en sus territorios.
La demanda crece
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Estas últimas semanas, el Ministerio de Inclusión ha estado teniendo reuniones con delegados de Gobierno para ampliar recursos existentes y conseguir activar otros adicionales por toda la península.
En todo 2023, cerca de 40.000 personas alcanzaron las costas españolas por la ruta canaria. La gran mayoría de los desembarcos tuvieron lugar en otoño, cuando las llegadas empezaron a crecer. Desde entonces no han cesado. Solo hasta septiembre han arribado más de 30.000 personas a las islas. De ahí esa necesidad constante de conseguir nuevas plazas para los traslados a la península, que no han dejado de generar polémica.
Las oenegés con las que ha contactado este medio han evitado entrar en ella. Creen que este problema va a seguir creciendo y que necesitan ciertas garantías para poder seguir haciendo el intenso trabajo que ejercen en materia de migración. Pero ya está.
García-Page apuntó este martes que, tras ponerse en contacto con organizaciones del Tercer Sector, algunas le han llegado a comparar el planteamiento con “el campamento de Giorgia Meloni en Albania“.
Lo que sí piden todas es dejar de lado los discursos populistas. Braulio Carlés, responsable regional de ACCEM en Castilla-La Mancha, no entra a valorar la propuesta del aeropuerto, pero asegura hay que tomar medidas ante el drama migratorio.
Los centros de acogida de esta asociación se encuentran ahora mismo al 92% de ocupación, lo que “no quiere decir que sean datos alarmantes”, porque “hay mucha movilidad y cambios” y demuestra que están “optimizando las posibilidades de los dispositivos que hay”.
Piden políticas seguras
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El responsable regional de esta oenegé, que en la actualidad suele atender a gente de entre 20 y 40 años, sobre todo hombres que llegan de Senegal y Malí, recuerda que cuando atendían sobre todo a migrantes de Ucrania no había tanto revuelo. Ellos les ofrecen espacios de formación, les enseñan el idioma, les ayudan con la documentación o los ofrecen apoyo psicológico o legal para que su integración sea lo más fácil posible.
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“La realidad de la migración en este momento nos obliga a elaborar políticas migratorias muy generosas, aperturistas y solidarias. No podemos permitir que se muera gente en el Mediterráneo y eso pasa también por que elaboremos políticas seguras en los pasíes de acogida y en los de origen. No puede ser que la gente siga muriendo intentando cruzar el Atlántico o el Mediterráneo”, añade. Solo durante los primeros cinco meses del año, 33 personas fallecieron al día intentando alcanzar las costas españolas.
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