El científico gallego César de la Fuente (A Coruña, 1986), profesor catedrático en la Universidad de Pensilvania (EEUU), se dedica a buscar, con la ayuda de la bioinformática, moléculas con propiedades antibacterianas. Las ha encontrado incluso en animales extintos, como los mamuts.
Pero ahora los ha hallado en nuestro propio organismo. Son los llamados «péptidos encriptados», presentes en las proteínas del sistema nervioso y visual, junto con otras proteínas estructurales. Además de ejercer sus funciones conocidas, pueden ejercer como defensores antimicrobianos. Esto no solo podría favorecer la lucha global contra la resistencia a los antibióticos, sino que desafía el conocimiento actual sobre el sistema inmunitario, que es todavía más versatil y complejo de lo que hasta ahora se pensaba: abarca otro tipo de proteínas, más alla de las citocinas y los anticuerpos.
—Parece increíble que no se haya descubierto antes la acción antibacteriana de estas proteínas no inmunitarias. ¿Cómo se explica que no se haya identificado antes?
La falta de identificación previa de la acción antibacteriana de estas proteínas no inmunitarias se debe a que sus funciones antimicrobianas estaban «encriptadas» dentro de su estructura y no eran evidentes a simple vista. Tradicionalmente, la investigación se ha centrado en las funciones conocidas de estas proteínas, pasando por alto posibles actividades secundarias. Además, estas propiedades antibacterianas pueden requerir condiciones específicas para activarse o detectarse, lo que dificulta su descubrimiento sin enfoques de investigación dirigidos.
—¿Por qué han denominado «encriptados» a estos péptidos?
Se les ha denominado «encriptados» porque sus secuencias antibacterianas están ocultas dentro de proteínas que tienen funciones biológicas distintas. Muchos de estos péptidos encriptados pensamos que se hacen funcionales al ser liberados mediante procesos específicos, como la acción de enzimas proteolíticas. Es decir, su actividad antimicrobiana está «codificada» u «oculta» en la estructura de las proteínas originales y necesita ser «descifrada» para que puedan ejercer su función.
—¿Por qué es importante que destruyan las membranas bacterianas?
La destrucción de las membranas bacterianas es crucial porque estas estructuras son esenciales para la supervivencia de las bacterias. Al dañar la membrana, se compromete la integridad celular, lo que conduce a la muerte de la bacteria. Además, atacar la membrana reduce la posibilidad de que las bacterias desarrollen resistencia, ya que es un objetivo menos susceptible a mutaciones que otros mecanismos internos.
—Señalan que podrían sustituir, incluso, los antibióticos actuales. ¿Qué ventajas supondrían frente a ellos?
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Los péptidos encriptados podrían ofrecer varias ventajas frente a los antibióticos actuales: al tener mecanismos de acción diferentes y más directos, es menos probable que las bacterias desarrollen resistencias; además, poseen un espectro de acción amplio, siendo efectivos contra diversas bacterias, incluidas cepas resistentes a múltiples fármacos; su origen en proteínas humanas sugiere una mayor biocompatibilidad y menor toxicidad para el organismo.
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