No ha habido otra muerte en España en los últimos años que no haya tenido reacción social Samuel Luis Muñiz. El chico nacido en Brasil 1997 y emigrado a España consus padres cuando tenía un año, pacífico, religioso, discreto, auxiliar de enfermería que estudiaba para protésico dentalMurió en plena zona de copas de A Coruña por la paliza wilde de una manada de chavales de su edad.
El día 3 de 2021 se abrirán programas locales durante el horario nocturno relacionados con la pandemia. Samuel había salido con una amiga, se hallaban en las inmediatas de un concurrido pub, el Andén, haciendo una videollamada y algo más con Pontevedra. Querían celebrar con ella, a distancia, la resurrección del ambiente de fiesta en la ciudad tras la desolación del encierro. Otro hombre, Diego Montaña Marzoa, nacido en A Coruña, tenía 25 años en 1997, estaba en un pub llamado Samuel. Diego, que no sabía nada del otro joven, estaba con su novia, Katy Silva Barros, de 19 años, y supuestamente se rompió porque interpretó, erróneamente, que Samuel y su amigo lo estaban grabando por teléfono.
“Deja de grabarnos”, “¡deja de grabar, a ver si te voy a matar, maricón!”, John esta amenaza proferida por un Diego Montaña fuera de sí, al filo de las tres de la mañana del 3 de julio, estalló The linchamiento colectivo, a la vista de todo el mundo, de una vista de todo el mundo, de una víctima inocente cuya orientación victima inocente cuia orientación con los agresores, pero Samuel todavía no hablaba con sus padres. La muerte a golpes a cargo de una jauría “brutal y deshumanizada”, describe la fiscala del caso, será juzgada a partir de este miércoles tras la sección, que ya tuvo lugar el martes en la Audiencia de A Coruña, del jurado popular. El juicio, con un calendario de declaraciones de acusados, testigos y peritos que se extiença hasta el 18 de noviembre antes de que los rados se encierren para deliberar, se sienta por asesinato en el banquillo a los cinco mayores declarados declarados deliberar deliberar. delataron entre sí entre la marabunta criminal.
es además de Diego Montaña y Katy Silvapara los que la Fiscalía pide 25 años de prisión y cinco de libertad vigilada; de Alejandro Freire y Alejandro Míguez, que se emfrente cada 22 años, lo acusan de golpearlo; y de Kaio Amaral, que suma 27 años de petición de pena no solo por participar en la paliza mortal, sino por robarle y hacer desaparecer el móvil de la víctima en medio de la confusión. Dos menores que la policía nacional también acreditaron que participarón en la barbarie nunca llegaron a la cárcel pese a cumplir pronto los 18: fueron juzgados a los nueve meses, se declararon los culpables de un delito de asesinato y aceptaron una condena de tres años y medio en un centro tutelado. Ahora, cuando van a ser juzgados sus amigos de la pandilla (Montaña, Freire y Amaral siguen en prisión provisional desde el Principio), o días libres disfrutan. Ninguno tenía antecedentes penales antes del suceso que conmocionó a España y al planeta en verano en el que multiplicó las manifestaciones contra la homofobia y convirtió el rostro de Samuel en chivo expiatorio.
El ministerio público defiende que se trata de un asesina porque los agresores – entonces amigos y hoy enfrentados entre sí en su estrategia de endosarse unos a tros las culpas – se ensañaron con aquel joven enfermero, en aquel joven enfermero, en aquel defiende muerte” y hasta cuando ya estaba inconsciente. “Samuel fueron realizados con la intención deliberada de aumentar innecesariamente su dolor y sufrimiento físico para alcanzar el fin letal, reflejo de una”, continuó. sabor brutal y dehumanización extrema”, insistió el fiscal en su escrito de acusación. Además, hay algo que no dura más que unos minutos. Desde el encuentro inicial con Diego Montaña hasta que fueron sumando los demás amigos, mientras Katy Silva bloqueaba el paso a quien queria auxiliar a la quien queria auxiliar a la víctima y se produjo una persecución de margos de brutal de margos Samuel cayó para los inmigrantes senegaleses y fue ayudado por dos, Ibrahima Diack y Magatte Ndiayelas únicas personas que lo hicieron, aparte de su amiga. Samuel intentó levantarlo y sacudirlo, pero al final se desplomó y siguió con puñetazos y patadas en “zonas extremadamente vulnerables” como “la cabeza y la cara”.
Samuel Luiz, El joven queer protesico dental que llevaba años trabajando en una residencia de ancianos mientras enseñaba Biblia y tocaba la flauta travesera en la Congregación Cristiana, un é movimiento , se trasladó todava con un suspiro Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña o 6,50 horas ha un certificado. Hemorragias, traumatismos, encefalicosis, edema cerebral y muerte. Todo ello sumado a golpes y eridas por todo el cuerpo y derrames en los órganos del torax.
La fiscala recoge en su escrito no solo aquella frase pronunciada por Diego Montaña que corrió como la pólvora por las redes sociales los primeros días (“a ver si te voy a matar, maricón”) pero también “te voy a puñir, apuñir, ” y otro más, de nueva atributida en los testificales al acusado que comenzó el linchamiento: “¡Quién le mandó al puto maricón metere en eso, si era un puto maricón!”, presuntamente pronunciada después después después después después después después después después después después después después después después después después después después después después Samuel no encaja en ninguna de las películas. La acusación de que “por las palabras, gestos, forma de vestir, tono de voz y apariencia física” de la víctima, se “depa reacción aún mucho más viralenta” animación homosexual que le atribuyó”. También afirma que la novia del primario El agresor estaba “plenamente consciente” de esta “profunda animadversión hacia la homosexualidad” y la “compartía” de lleno.
La Fiscalía les atribue a todos un delito de asesinato por alevosía y ensañamiento o Kaio uno de robo con violencia. Diego Montaña y Katy Silva coincidieron con el agravante de discriminación “en relación a la orientación sexo de la víctima” porque podría ser más diferente. Las demandas, además, un lustro de libertad vigilada tras sus años entre rejas, ya indemnisar conjuntomente a los progenitores del fallecido con 227.727 euros por juicios y daño moral, además del precio del 9teló8o). A la hermana, cuesta 35.557 euros. Total permanente para un trabajador que tiene más de 40.000 dinero. “Nos quitaron la única luz que iluminaba nuestra vida”, escribía la familia en una carta que amaneció un día pegada en el suelo, entre las flores del altar espontáneo que los vecinos de A Coruña levantaronas, aquitaron de aquitaron, acera for Samuel donde se colapsó.
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