De repente, el Líbano se encuentra sumido en una guerra que nadie esperaba. Aunque ya hace casi tres semanas que Israel intensificó los ataques aéreos contra el país de los cedros, a muchos aún les cuesta asumir que la realidad bélica alcanza cada rincón del territorio libanés. Más de 1,2 millones de desplazados lamentan la ausencia de lugares seguros donde refugiarse. Esta carencia ya ha provocado la muerte de casi 1.500 personas. Pero, entre las ausencias, destaca la de un diálogo abierto, continuado y comprometido para alcanzar un alto el fuego. Ya nadie habla de la propuesta de 21 días de tregua lanzada por Estados Unidos a finales de septiembre. Su aliado, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, en cambio, se acomoda en su asiento lanzando amenazas y proyectiles contra la población libanesa.
“Cristianos, drusos, musulmanes, sunitas y chiítas, todos ustedes están sufriendo debido a la inútil guerra de Hizbulá en Israel“, dijo Netanyahu esta semana en un llamamiento al diverso pueblo libanés en un vídeo publicado en sus redes sociales. “Ustedes tienen la oportunidad de salvar al Líbano antes de que caiga en el abismo de una larga guerra que traerá destrucción y sufrimiento similar a lo que vemos en Gaza“, concluyó. Las opciones que el primer ministro israelí daba a los libaneses eran dos: morir bajo fuego israelí o morir bajo el fuego cruzado con Hizbulá. Consciente de las tensiones presentes entre la sociedad libanesa, Netanyahu se propone romperla aún más.
Voces críticas
[–>
A lo largo de este año de conflicto, que, hasta hace unas semanas, en el Líbano se reducía a los enfrentamientos transfronterizos diarios, han surgido voces críticas con las acciones de Hizbulá. Parte del pueblo libanés consideraba que estaba siendo llevado a una guerra que no había elegido. Pero, ahora, con una quinta parte de la población desplazada, y ataques a lo largo y ancho del territorio, esas voces se han hecho más fuertes. “Si Netanyahu se dirige al pueblo libanés ordenándole que se ponga de pie y recupere el país de las manos de Hizbulá o caerá en la guerra, muchos libaneses interpretan que, o bien obligan a Hizbulá a retirarse o Israel seguirá bombardeando su país”, apunta David Wood, analista sénior del Líbano del International Crisis Group, a EL PERIÓDICO.
“El hecho de que Hizbulá haya sufrido muchos golpes graves en las últimas semanas no significa que no haya dejado de ser una fuerza de combate“, aclara. “Si otros grupos libaneses se le enfrentaran, hay muchas posibilidades de que Hizbulá y sus partidarios respondieran con violencia“, reconoce Wood. Después de negarse durante meses a detener sus ataques contra Israel a menos que hubiera un alto el fuego en Gaza, Hizbulá ha empezado a mostrar signos de flexibilidad por primera vez tras los ataques iniciales de los buscapersonas y los walkie talkies. Durante un discurso pronunciado el martes, el líder adjunto de Hizbulá, Naim Qassem, dijo que el grupo apoyaba un alto el fuego en el Líbano sin mencionar una tregua en Gaza como requisito previo y sin relacionar claramente los dos frentes como había hecho hasta ahora.
“Cambio en Washington”
[–>
Además, el ministro libanés de Asuntos Exteriores, Abdalá Abu Habib, reveló hace unos días que, horas antes de su asesinato, Hasán Nasrala había aceptado un alto el fuego temporal solicitado por el presidente estadounidense, Joe Biden, su homólogo francés, Emmanuel Macron, y otros aliados durante la Asamblea General de la ONU del mes pasado. Ahora, Nasrala ya no está, igual que gran parte de la cúpula de Hizbulá. Tampoco está ese compromiso global para que las bombas dejen de caer sobre el Líbano. “Está claro que desde la propuesta de alto el fuego de 21 días, que Israel rechazó, Estados Unidos pasó de apoyarla a dar apoyo a la invasión terrestre” del Líbano por parte del Ejército israelí, afirma Wood. “Es evidente que se ha producido un cambio en el que Washington apoya abiertamente la expansión de la operación militar de Israel, abandonando la vía diplomática como la mejor forma de resolver el conflicto”, añade.
Israel, por su parte, tampoco parece tener ningún interés en volver a la mesa de negociaciones. “Su lógica es que han logrado tales avances militares que pueden exigir más que aplicar la resolución 1701″ del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que incluye el desarme de grupos armados como Hizbulá en el sur del Líbano, dice Wood. “El problema de Tel Aviv es que no ha articulado ni explicado públicamente cómo pretende convertir sus actuales éxitos militares en seguridad duradera y a largo plazo“, añade. “Israel podría utilizar su clara ventaja militar actual para negociar y articular claramente cuáles son las condiciones que prefiere, pero Israel no está pensando así, sino en una lógica de separar el frente de Líbano del de Gaza para poder hacer lo que quieran en Gaza”, afirma el analista.
Revivir el pasado
[–>
Esta semana la propia Administración Biden confirmó a la CNN a través de sus funcionarios que no está tratando activamente de revivir el acuerdo y se ha resignado a intentar dar forma y limitar las operaciones israelíes en el Líbano y contra Irán en lugar de detener las hostilidades. “Ahora está muy claro que, al menos hasta enero, no podemos confiar en que Estados Unidos ejerza una presión seria sobre Israel para que desescalen las posiciones en Líbano o Gaza; no lo han hecho en un año y tampoco lo harán ahora”, afirma Wood. El jueves un ataque israelí en el centro de Beirut mató a 22 personas cuando intentaba asesinar al posible líder de las negociaciones de alto el fuego de Hizbulá, Wafic Safa, que sobrevivió al bombardeo. Otro claro mensaje de Israel lanzado al corazón de la capital libanesa.
[–>
Lo único que podría convencer al Israel de Netanyahu para detenerse sería la repetición de hechos históricos. “Si las operaciones sobre el terreno se vuelven cada vez más costosas e inaceptables por la cantidad de bajas entre sus soldados, el pueblo israelí volverá a tener recuerdos muy amargos de las guerras que ha combatido en el Líbano, ya que lo han hecho muchas veces y nunca han logrado sus objetivos”, apunta Wood, viajando hasta 1982 y 2006. Pero la realidad es otra. “Israel empieza a creer que puede eliminar realmente a Hizbulá con los ataques aéreos, y se está volviendo tan ambicioso que quiere alterar la política interna libanesa y eso abre escenarios internos terribles”, avisa Wood, “aunque casi todos los libaneses rechazan la idea de que Israel ofrezca consejos al pueblo libanés sobre cómo debería ser el futuro del Líbano”.
Guardar para leer
You may also like
-
Trump rigged the elections in the “trampas” counties in Pennsylvania.
-
European Union pledges to help Spain cope with 'devastating' floods
-
ALDEALIX, a project providing renewable energy to Galician villages
-
Equality research changes the framework of prostitution in Spain: 24% are victims of sexual exploitation and 90% do not manage it.
-
72 hours of emergency: UE busca mejorar la repuesta de los hogares a crisis in extreme situations