La investigación sobre la muerte y desaparición del joven discapacitado Antonio David Barroso ha terminado. La jueza de instrucción de Morón de la Frontera (Sevilla) ha dictado un auto en el que ordena la apertura de juicio contra la madre del joven, Macarena Díaz, por un posible delito de homicidio imprudente, castigado con un máximo de cuatro años de prisión.
Esa será también la petición de la fiscalía, según ha sabido el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica. Que además irá acompañada de que se aplique a la madre una eximente completa porque padece un trastorno mental, según el informe psiquiátrico que consta en el sumario. Si se atiende la tesis de la fiscalía, Macarena no ingresaría en prisión.
El padre del niño, por su parte, pretende pedir para su ex mujer una condena de 20 años de cárcel por un delito de homicidio por omisión, al dejar de darle la medicación al menor, que padecía una encefalopatía grave, síndrome de Lennox-Gastaut y parálisis cerebral, con una discapacidad reconocida del 91 por ciento. La petición del padre no ha sido atendida por la jueza de instrucción y ya sólo podrá reclamar la nulidad del futuro juicio contra su ex mujer.
Trastorno bipolar
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La última imagen de Antonio David Barroso vivo fue grabada por la cámara de seguridad de un supermercado del pueblo, el 9 de septiembre. Macarena Díaz, enferma de trastorno bipolar y que está en libertad a la espera de juicio, ha contado que ella dejó de tomar la medicación meses antes de que su hijo muriera. Lo hizo, dijo, porque la hacía engordar mucho. Afirmó que luego también decidió dejar de darle la medicación a su hijo. Y que este murió en la casa familiar de Morón de la Frontera entre el 6 y el 12 de septiembre de 2021.
La mujer inició entonces un viaje en coche con el cuerpo de su hijo que le llevó a cruzar las provincias de Sevilla, Cádiz, Badajoz, Cáceres, Toledo, Madrid y Segovia. Finalmente, apareció sola en una gasolinera de la localidad de Carabias (Segovia). Macarena fue entonces ingresada en un centro psiquiátrico donde recibió tratamiento.
Mujer muy religiosa y convencida de que su hijo iba a resucitar, recibió en el hospital la visita de un sacerdote, que había bendecido su casa meses atrás. Bajo supervisión de la policía, el párroco intentó averiguar dónde había dejado el cuerpo de su hijo y la silla de ruedas. La mujer insistió en que lo depositó en un contenedor de basura cerca de Madrid. Incluso señaló un sitio en el barrio de Aluche, aunque luego ha rectificado.
La Policía siguió el rastro de Antonio David por media España. Sin éxito. Macarena afirma que no recuerda el punto exacto donde dejó el cuerpo de su hijo. Tampoco el día en que murió. Los investigadores creen que el chico pudo fallecer durante el viaje y que la madre pudo arrojar su cuerpo al río Tajo, pero no hay ninguna certeza.
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El juicio deberá dictaminar si Macarena fue consciente de lo que hacía y de sus consecuencias. Si fue culpable de la muerte de su hijo o si su trastorno le impedía ser responsable de lo que ocurría. Mientras llega ese día, la mujer está en libertad, ha vuelto a su pueblo y ha dicho que quiere estudiar para, algún día, llegar a ser enfermera.
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