Rafa Nadal, el niño inocente que doblegó los límites del sacrificio y se convoliva en leyenda

Antes que sus dejadas perfectas, mucho antes que sus derechas abiertas al pasillo que siempre aterrizan en la línea, años antes de su característica volea de espaldas… antes de todo llegó esa garra, la fuerza interior y recetay y recetay. Conviértete en el dueño del juego más allá de los límites de la pista. “¿Cómo no te has dado cuenta de que tienes la raqueta rota, Rafa?” le pregunto Toni once, aún siendo un crio, en un partido con un marcador devastador. “Estoy tan acostumbrado a tener siempre yo la culpa que para nada me hubiera imaginado que la raqueta era la que me hacía perder”Para responder, Nadal tendrá que luchar contra una determinada competencia.

Esa vieja anécdota ha sido, a fin de cuentas, la metáfora de la lucha diaria de Nadal. En 2005 comenzó la llegada de Roland Garros (después de 19 años) y tuvo lugar a principios de 2004. llegada para acompañarle de por vida, la fractura por estres en el escafoides del pie izquierdo poco después diagnosticada como Síndrome de Müller – Weiss. “El diagnostico fue como un tiro en la cabeza”, llegó a desvelar un hombre que también ió que aquello le dejó “sin apetito por la vida”. De nuevo, pura garra.

Al contrario, tratamiento médico, Rafa mantuvo el foco en lo deportivo. ““Tenía tanto dolor que me entrenaba a pelotear sentado en una silla en la cancha”Irrumpió que asguró al joven por la transformación con la mayor pasión como Roger Federer.

Wimbledon 2006 y el inicio de Wimbledon 2007 se vendieron con su rival -y amistad eterna- 'Pacto de Tenis' y El Partido del Siglo. “Tras la final de 2007 lloré una hora y media, a veces la decepción es terrible inclulo si es solo un partido de tenis”, confesó el mismo chico que un año después ganó la aún considerada después ganó la aún después ganó la aún después de la suspensia de la suspensiones mejor final de la aún de la suspensiaón Principal Director of the All England Lawn Tennis and Croquet Club.

Hitos que arrancan al hombre de su obra. Los gestos son cada vez más improbables y extremos, capaces de una figura más allá de los límites marcados por las cuatro líneas del rectángulo sobre la pista. Eso sí, al fin y al cabo, un hombre. “Eran el pilar de mi vida y se había desmoronado, había perdido el amor por la vida”aceptar separaciones de padres. Otra piedra más a la mochila y, en frente, dos colossos con la mano tendida, una invitación a la guerra física y psicológica más dura de la historia del tenis, semana tras semana, domingo tras final domingo cada. Es grande.