La dermatitis atópica en bebés es una de las consultas más frecuentes en bebés. Solo en Estados Unidos, representa el 1% de todas las consultas pediátricas.
- Se trata de una enfermedad inflamatoria de la piel, que no es contagiosa, y generalmente hereditaria.
- Esta afección cutánea está asociada a una piel seca, sensible y altamente irritable.
- Es más común en los primeros meses de vida y antes de los 2-3 años.
Como explica a Faro de Vigo la doctora Aniza Giacaman, de la Unidad de Dermatología del Hospital Universitaria Son Espases de Palma de Mallorca y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) , la dermatitis atópica es un problema de la piel que:
- “Llega a incapacitar al niño, porque produce un picor muy molesto que produce heridas en la piel que le impide descansar correctamente durante la noche”.
La dermatitis atópica afecta por igual a ambos sexos, aunque si hablamos de la adolescencia, es más habitual entre las mujeres que entre los hombres.
Respecto a los más pequeños, se estima que está presente en un tercio de los lactantes, aunque en su mayoría con síntomas muy leves que remiten en poco tiempo.
La prevalencia de esta enfermedad ha crecido exponencialmente en las últimas décadas, especialmente en los países desarrollados y sobre todo en las grandes urbes.
- La explicación ante este aumento de casos podría deberse por una mayor exposición a más alérgenos que repercutan directamente sobre la salud de nuestra piel.
¿Qué provoca la dermatitis atópica?
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Lo primero que deja claro la doctora Giacaman es que la dermatitis atópica no es una alergia, aunque los síntomas en los niños puedan llevar a confusión.
Es una enfermedad inmunología en la que intervienen diferentes factores:
- Genéticos.
- Alteraciones de ciertas proteínas de la piel (déficit de filgarina, una proteína que se encuentra en el interior de la célula y es fundamental para la correcta formación y función de la barrera cutánea).
- Estímulos ambientales, como la contaminación, que “influye para tener este tipo de piel más sensible a agresiones externas”.
- Y los cuidados que le damos a la piel, como el uso de determinados productos de higiene, que pueden ayudar a la aparición de esta afección.
La piel de los niños con dermatitis atópica experimenta un cambio en su epidermis, perdiendo agua por su evaporación, consiguiéndose un aspecto de sequedad. La mutación de la proteína mencionada anteriormente altera la función de la epidermis y favorece el desarrollo de dermatitis atópica.
En los más pequeños hay que evitar un rascado excesivo, ya que se estimula las células de la epidermis provocando aún más picor.
Síntomas de la dermatitis atópica
- Piel reseca y escamosa
- Prurito (picor)
- Erupciones cutáneas
- Sarpullido en mejillas, brazos y piernas
- Gritas detrás de las orejas
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Diferencias entre dermatitis atópica y alérgica
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La principal diferencia es el origen. En la dermatitis atópica, el origen es desconocido, mientras que en la alérgica se debe a un agente externo.
Mientras que esta reacción en la piel se produce cada vez que el niño entra en contacto con esa sustancia, esto no ocurre aquí.
La dermatitis atópica, que “se localiza, dependiendo de la edad del paciente, en la cara, en todo el cuerpo, y en pliegue de antebrazos y detrás de las rodillas”.
“Cuando un niño lleva meses con picor, que le aparecen estas lesiones en la piel, y que generalmente se asocian a otras enfermedades como asma o rinitis, se debe pensar en que se trata de dermatitis atópica, y más si hay antecedentes familiares de atopia, especialmente, familiar de primer grado”.
Las lesiones de la dermatitis atópica son rojas, ásperas y descamadas. Producen mucho picor y a veces causan heridas, lo que puede aumentar el riesgo de sufrir infecciones.
¿Cómo se trata la dermatitis atópica?
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El tratamiento de esta enfermedad dependerá de la intensidad de cada uno de los cuadros, por lo que será personalizado para cada paciente, e incluso para cada brote.
- Cuadros leves. Hidratación de la piel para evitar su irritación.
- Cuadros moderados o con picor intenso. Antiinflamatorio en forma de crema o pomada, un corticoide, y antihistamínico por vía oral. No obstante, será el especialista quien determine el formato del tratamiento para mitigar los síntomas como el picor, erupciones o sarpullidos.
- Cuadros intensos. Prescripción de corticoides por vía oral.
Tal y como resalta la dermatóloga Aniza Giacaman, un tercio de los brotes que aparecen en las primeras edades desaparecen o se mitigan a medida que el niño va cumpliendo años, aunque hay un porcentaje que se mantienen durante la adolescencia y la edad adulta.
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Sin embargo, hay un tercio de ellos que aparecen en la edad adulta y perduran a lo largo de toda la vida con brotes intermitentes.
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